En el pasado mes de mayo Francheska Márquez, abogada,
activista por los derechos humanos, Global Youth Ambassador, miembro de la red
de jóvenes de las Américas, presidenta de la Asociación Civil Juventud Unida en
Acción, miembro de Jóvenes Naciones
Unidas, y entre otras cosas coordinadora adjunta del GPS Venezuela, tuvo la
oportunidad de llevar el proyecto del Poder Global del Cambio a otras latitudes
dentro de nuestro territorio nacional, llegando hasta las comunidades indígenas
de Gran Sabana y por supuesto sin dejar de visitar el majestuoso Río Orinoco
donde comienza la campaña “El Orinoco”. En esta oportunidad, de los testimonios
dados por los pueblos indígenas ella pudo tomar nota de las preocupaciones que
padecen a causa de los impactos negativos que genera el cambio climático
mundial. Como bien sabemos, las manifestaciones de los cambios del clima ya
están causando efectos catastróficos en las comunidades indígenas, tal es el
caso de los cambios en los patrones, niveles e intensidades de las lluvias,
mayor frecuencia e intensidad de las sequías e inundaciones, aumento del nivel
del mar, reducción de los caudales y niveles de los acuíferos, disminución de
la humedad del suelo y desaparición de especies animales y plantas.
Lamentablemente los pueblos indígenas son quienes
sufren desproporcionadamente los impactos actuales del cambio climático, los
cuales se exacerban con la explotación desmesurada de los recursos naturales y
la dinámica degradación ambiental existentes en nuestros territorios.
“…hemos sido marginados de participar en los
procesos de definición y ejecución de las políticas, programas, planes y acciones
encaminados a la mitigación de las causas del cambio climático y a la
adaptación a sus efectos, tanto en el ámbito nacional como internacional…” (Declaración Miembro de la comunidad
indígena)
Sin embargo, los Pueblos Indígenas gracias a sus
conocimientos y saberes ancestrales, han tenido la capacidad de adaptarse a
diversas presiones y cambios ambientales y socioeconómicos, por lo tanto están
dispuestos a apoyar y contribuir en los procesos de mitigación y adaptación al
cambio climático.
“Una de las experiencias más
maravillosas que he tenido. Ver y visitar las maravillas de la naturaleza que
posee nuestra tierra bendita, la grandeza y majestuosidad de nuestra nación
representada en sus paisajes, su gente, su cultura. Se reafirma el sentimiento
y compromiso para proteger el medio ambiente, para luchar en contra del cambio
climático, para seguir siendo agentes de cambio. El río Orinoco desde donde
inicia ésta experiencia es indescriptible, sagrado y hermoso, sin duda merece la pena
visitarlo y disfrutar de él siempre con el máximo respeto que se merece” (Francheska Márquez)
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